sust. fem.
1) Taller de ebanista.
2) Conjunto de muebles y otras obras de ebanista.
3) Término que inicialmente designaba el arte de construir muebles de ébano, madera muy dura y costosa. De hecho, el ébano era importado de Córcega y de ciertas regiones de Africa y a partir del siglo XVII empezó a ser sustituido por maderas teñidas. Por tanto se identifica con los muebles valiosos, preciados y que se caracterizan por la calidad de las maderas empleadas, por la importancia de la decoración, y por la habilidad con que son realizados. Actualmente se entiende por el arte de construir muebles, llevados a cabo con una estructura de madera, revestidos de maderas valiosas, a menudo policromadas o con recubrimiento de paneles lacados, planchas de cerámica, aplicaciones de metal o piedras duras. Los muebles se construían en la antigüedad para amueblamientos reales tal como testimonian los recientes hallazgos en Mesopotamia (muebles de marfil y ébano fechados entre los siglos VIII y VII antes de Cristo); ciertos muebles egipcios de madera de cedro con taraceas de marfil y ébano pintada en colores vivos. Auténticos trabajos de ebanistería son los muebles italianos del Renacimiento que en Florencia eran llamados "fuera de norma": ajenos a los reglamentos artesanos de los carpinteros y sobre todo apreciados como muebles de lujo. Durante el siglo XVI, este tipo de muebles alcanzó una gran difusión utilizando elementos preciosos, como aplicaciones geométricas de hueso, marfil y madreperla, dorados que recubrían totalmente el mueble; pintura al temple con temas alegóricos o motivos heráldicos, etc. Gracias a la ebanistería se introduce en Francia y en Italia, el boceto del diseño del mueble. En Venecia los artesanos de la madera realizaban su trabajo bajo la influencia de Jacopo Sansovino (1486-1570) y de Andrea Paliadio (1508-80) cuyos tratados de arquitectura se convirtieron en un utilísimo repertorio de elementos decorativos. A principios del siglo XVII hace su aparición el mueble placado o chapeado: la estructura era de madera blanda (abeto, chopo, álamo) que luego se revestía de láminas de maderas preciosas de un espesor que variaba de 5 a 10 mm. A finales del siglo XVII en Holanda, se desarrolló la técnica del revestimiento, finas planchas de madera empelechada que pueden ser todas de la misma clase o de diversos tipos de maderas, formando una taracea decorativa (marquetería). Esta técnica utiliza una enorme variedad de maderas exóticas (palor rosa, amaranto, madera de violeta, cedro y olivo, caoba, sicomoro y limonero) y es un fenómeno que va ligado a los intercambios comerciales con otros países transoceánicos. La ebanistería alcanzó altos niveles artísticos en Francia hacia finales del reinado de Luis XIV, gracias al ebanista Andre-Charles Boulle (1642-1732) que difundió la técnica de aplicación de metales (cobre, estaño) sobre materiales orgánicos (carey, madreperla, asta y marfil) o viceversa. Los espléndidos muebles de Boulle, realizados con destino a las familias reales, utilizaron la capacidad creativa de Jean Bérain (1630-1711), arquitecto y diseñador real que publicó una colección de modelos decorativos. En la primera mitad del siglo XVIII, la ebanistería tuvo un gran auge en Piamonte, gracias a los trabajos de L. Prinotto (documentado a partir de 1722-33) y P. Piffetti (h. 1700 - 1777) que seguía el estilo de Boulle. Aparecieron entonces las grandes piezas de bronce exentas del mueble sobre todo en las esquinas y en las patas, así como también perfiles que tienen el objetivo de proteger las partes más delicadas de la marquetería y dar realce a la estructura arquitectónica de los objetos. Desde la primera mitad del siglo XVIII, en Francia se empezaron a firmar los muebles con el sello de los maestros ebanistas. el trabajo. En Inglaterra se extendió la moda de los libros de muebles que podían servir también como catálogos de venta (Thomas Chippendale, 1718-79) o testimonios de una producción de lujo (George Heplewhite m. 1786). En la segunda mitad del XVIII, al requerirse un mueble con una función más compleja, se recurrió a innovaciones técnicas especiales hasta llegar a producir un tipo de mueble transformable La utilización de partes enteras de acero llevó a principios del siglo XIX, a una extraordinaria complejidad técnica, más tarde abandonada.